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Al ver esto, los de Asdod dijeron: «Que no se quede entre nosotros el Arca del Dios de Israel, porque su mano se ha endurecido contra nosotros y contra nuestro dios Dagón.»

Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos, y les preguntaron:

—¿Qué haremos con el Arca del Dios de Israel?

Ellos respondieron:

—Trasládese el Arca del Dios de Israel a Gat.

Y trasladaron allá el Arca del Dios de Israel. Pero cuando se la llevaron, la mano de Jehová cayó sobre la ciudad provocando un gran pánico; y afligió a los hombres de aquella ciudad, y desde el más pequeño hasta el mayor se llenaron de tumores.

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